Las historias detrás de las tragedias atendidas por el SAR-Bolivia - Darynka Sánchez A.
Hace 19 años, en una conversación de amigos, de la Asociación de Paracaidistas Deportivos, nació la idea de formar un equipo de rescate, que ayude en la recuperación de personas extraviadas o accidentadas. Ninguno pensó que se convertiría en una institución imprescindible para este país.

¿Qué haríamos en este país sin el SAR-Bolivia? Si no fuera por el trabajo oportuno, efectivo y silencioso de estos 85 voluntarios, que por salvar vidas son capaces de nadar, bucear, caminar días, lanzarse en paracaídas, escalar montañas, desafiar al fuego e internarse en intrincadas selvas; con toda certeza, hoy, existirían centenares de familias destrozadas por la muerte de sus seres queridos.

La historia de un niño de 6 años ilustra perfectamente la importancia del SAR-Bolivia en la cotidianeidad de esta ciudad. Hace un año, un voluntario recibió la llamada de un niño al mediodía, desde la zona Sur. El pequeño dijo textualmente: “Mi abuelita se cayó en las gradas y parece que se rompió un hueso, sólo estamos ella y yo en la casa, vengan por favor, pero no se apuren, porque yo ya la atendí, está inmovilizada, hice un curso con ustedes y aprendí, mi dirección es ésta...” Sorprendido, el voluntario anotó la ubicación de la vivienda y mientras la ambulancia se dirigía hasta el lugar, siguió conversando con el niño para averiguar si la abuelita estaba consciente o desmayada.

Al llegar, los paramédicos del SAR-Bolivia verificaron que el niño supo qué hacer, inmovilizó a una anciana de 80 años que se había fracturado la cadera y le acomodó la cabeza de forma que sus vías respiratorias quedaran libres. El pequeño había sido uno de los miles de niños de kinder que había sido capacitado en Primeros Auxilios, tiempo atrás.

En una charla
Hace 19 años, en una conversación de amigos, todos miembros de la Asociación de Paracaidistas Deportivos, algunos pilotos y un militar, nació la idea de formar un equipo de rescate, inexistente en ese tiempo, que ayude en la recuperación de personas extraviadas o accidentadas. Nadie pensó que se convertiría en una institución imprescindible para este país.

Mario Araníbar, el coordinador Nacional del SAR-Bolivia y jefe de Bomberos de SABSA en los aeropuertos de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, recordó que las necesidades de ayuda no sólo abarcaban áreas de rescate, sino también de Bomberos, de paramédicos y otras, que los obligó a buscar capacitación y diversificar el auxilio.

“El Cnl. Angel Estévez se puso las pilas, dijo lo hacemos y nos ayudó a bosquejar la estructura del SAR-Bolivia, hoy, de los fundadores sólo quedamos David Avilés y yo, pero se nos han unido otras 150 personas, 85 en servicio activo y el resto en servicio pasivo”, detalló Araníbar.

La primera intervención del Grupo Voluntario de Salvamento SAR-Bolivia, con atención médica de emergencia, fue el 10 de mayo de 1988, en la visita del Papa Juan Pablo II a Cochabamba.

Desde entonces, el coraje, la vocación de servicio y el espíritu imbatible de sus fundadores, se fueron multiplicando y contagiaron a otros jóvenes que combinan sus estudios y empleos, con turnos de ocho horas de servicio a la semana en el SAR-Bolivia, para socorrer a quienes los necesiten. Más de una vez, los turnos fijos de ocho horas se convirtieron en 24 horas o hasta en 15 días de servicio, debido a la complejidad de los casos que debían atender. En ese tiempo, es necesario recurrir a la comprensión y el permiso de los jefes, empleadores, y catedráticos, para que los voluntarios puedan cumplir con su misión de salvar vidas.

Institución con credibilidad
Hoy, el SAR-Bolivia cuenta con tres áreas de servicio, el de Bomberos, el de Búsqueda y Rescate y el de Servicios de Paramédicos y Ambulancias. Su prestigio como rescatistas se extendió tanto, que tienen 6 filiales en el país, pero son convocados desde diversos puntos de la Nación, para resolver los casos más complicados.

El SAR-Bolivia tiene una infraestructura en la Av. Oblitas, ubicada estratégicamente cerca del puente de Cala Cala, que les fue entregada por el ex alcalde, Manfred Reyes Villa, hace años y recién, inauguraron una nueva sede en el aeropuerto Jorge Wilstermann, que formará parte del cuartel central de esta institución, gracias al apoyo de los Servicios Aeroportuarios Bolivianos Sociedad Anónima (Sabsa) y una inversión de 40 mil dólares. Desde este lugar, saldrán las patrullas y brigadas para atender las emergencias de la zona Sur, donde les llevaba varios minutos llegar desde Cala Cala. Todos sus vehículos y equipos de rescate, son fruto de donaciones extranjeras y rifas que realizan en la ciudad.

Ni un peso
El SAR-Bolivia es una organización 100% civil, voluntaria y sin fines de lucro. A diferencia de las unidades policiales que realizan trabajos similares, los voluntarios del SAR no tienen un sueldo y no cobran un peso por su ayuda. Es más, en la mayoría de los casos se ven obligados a solventar de sus propios bolsillos el combustible que utilizarán en la atención de diversas emergencias. Lamentablemente, a pesar de que la Ley del Voluntariado ya fue promulgada hace dos años y establece, entre otras cosas, que los que trabajan como voluntarios tendrán el apoyo presupuestario de las prefecturas y municipios para atender los desastres, en los hechos la normativa es un saludo a la bandera, pues el Gobierno, la Prefectura y la Alcaldía de Cochabamba, ni siquiera cooperan a estos grupos de rescate con vales de combustible para poder acudir a salvar vidas.

“No tenemos apoyo de ninguna institución gubernamental, ni siquiera para traer equipos donados, hace un tiempo nos ofrecieron una adjudicación de la entrega de 4 vehículos bomberos durante 10 años consecutivos del Japón, pero la perdimos porque necesitábamos una carta aval del Gobierno boliviano. La carta fue postergada 8 meses y luego nos la negaron argumentando que se precisaba de una resolución del Congreso”, relató Mario Araníbar.

Los 85 voluntarios activos del SAR-Bolivia son constantemente capacitados en búsqueda y rescate de personas, por agua, tierra y aire, en helitáctico rapell, comunicaciones, combate de incendios forestales, natación y buceo, paracaidismo, cartografía, sobrevivencia, navegación, primeros auxilios, manejo básico de Trauma, Manejo de Equipos de Respiración Autónoma, Respuesta a Incidentes con Materiales Peligrosos, atención de inundaciones, terremotos, desastres naturales, accidentes aéreos, vehiculares y otros.

Rescate en la selva de Altamachi - Mario Araníbar
Un familiar vino desde La Paz para pedirnos que rescatemos a 13 mineros que habían sido “olvidados” por la empresa que los contrató en la selva de Altamachi, en la serranía de Mosetenes. Los mineros habían logrado comunicarse por radio 15 segundos, pidiendo ayuda porque sus contratistas debían recogerlos en helicóptero un mes y medio atrás y no cumplieron. Estaban a punto de morir de hambre, pero a la selva sólo se lograba entrar caminando dos semanas y media. La otra forma era en helicóptero, pero ninguno estaba disponible. Una institución amiga del SAR-Bolivia, “Mano a Mano”, ofreció una avioneta, pero no había dónde aterrizar, pues era una selva cerrada.

Fuimos 3 paracaidistas, Marcelo Ayala, Micaela Gómez y yo, con una carga de alimentos y medicamentos para 3 días. Una tormenta arreciaba, pero el hábil piloto holandés se arriesgó y nos llevó hasta la zona. Nos lanzamos, Micaela fue arrastrada por el viento y tuvimos que caminar dos horas para encontrarla. Luego hallamos a los mineros. La situación era dramática. Seis no podían incorporarse siquiera. Llevaban un mes comiendo raíces, palmito y otras hierbas. Uno de ellos había intentado suicidarse 3 veces tirándose al río, pero sus compañeros se lo impidieron. Tenían 2 perritos que eran piel y huesos, también. Les aplicamos sueros durante toda la noche, desayunaron leche, ya sonreían, pero la avioneta no podía volver por nosotros. En Cochabamba, tramitaban helicópteros para que nos recogieran. Consiguieron uno de la Embajada Americana, pero con la orden de que sólo trajera a 6 personas. Con bengalas los atrajimos, los efectivos tenían ametralladoras apuntándonos, por si se trataba de una emboscada, pero reconocí al piloto, un amigo de infancia. Rogamos y se llevó a los 13 mineros. Nos quedamos con los perros, con la idea de que si no venían con autorización para llevarnos hasta las 10:00 de la mañana del otro día, debíamos irnos caminando. Nos organizamos, el helicóptero volvió y justo antes de partir, un perro se escapó, corrimos tras él temiendo que nos dejen, lo envolvimos como un bulto y subimos. Al llegar a Cochabamba, los perritos fueron adoptados y para nosotros fue gratificante haber salvado la vida de esos 13 hombres. Micaela Gómez es una mujer muy valiente, Rambo en chiquitita, ya no está con nosotros, trabaja en Sudán como paramédico de helicópteros.

La tragedia de Santa Clara
Una triste historia, desconocida para muchos, es la ocurrida en la mina de Santa Clara de Tipuani, en Los Yungas de La Paz. Nueve mineros habían quedado atrapados en el interior de una mina inundada y no había cómo socorrerlos. El SAR-Bolivia de Cochabamba fue convocado por los familiares de los mineros, al quinto día de la inundación, pues se creía que estaban vivos en el sector de la chimenea.

Fueron seleccionados 6 expertos en buceo, entre ellos Mario Araníbar que portaba la licencia internacional PADI, que autoriza y certifica a bucear en cualquier parte del mundo. El Prefecto de La Paz les ofreció pasajes en avión hasta la Sede de Gobierno, pero nunca cumplió. Finalmente, se fueron en flota y tardaron dos días y medio en viajar hasta la zona. Al llegar, la impotencia fue mayor, porque aparecieron los buzos de la Fuerza Naval, quienes les dijeron que nadie podía entrar a la mina a bucear sin autorización de esa institución.

“Armamos nuestra carpa en la boca de la mina, la hija de uno de los mineros nos pedía que no nos fuéramos y nos traía café confiada en que salvaríamos a su padre”, recuerda Araníbar. Los buzos de la Naval se negaron a ser guiados por otro minero buceador e ingresaron a la mina 13 veces, con equipos prestados por el SAR-Bolivia, pero no hallaron nada y se perdió tiempo. Los mineros ya llevaban 12 días adentro. Los políticos llegaban al lugar sólo para efectuar shows, diferentes autoridades entregaron la misma bomba de agua tres veces, y con banda, pero la famosa bomba ni siquiera servía. Los familiares desesperados, pidieron que la Naval se fuera. Llegaron Voluntarios del SAR-Bolivia de Oruro, limpiaron el derrumbe, mientras los 6 buzos cochabambinos hacían un croquis de las chimeneas y buscaban un socavón para entrar. Con la guía del minero buceador, entraron a la mina, no hallaron a los mineros donde se pensaba que estaban, pero sí en el sector de “La Llama”.

Desesperados, habían cavado un túnel de 40 metros en esos días, pero aquejados de disentería, por tomar el agua contaminada, se debilitaron. Los 9 habían muerto al intoxicarse con el aire enrarecido. Paradójicamente, los buzos de la Naval fueron ascendidos. “Nunca hubo una visión seria de rescate, se perdió tiempo por cuestiones de forma y se terminó perdiendo lo más importante, vidas, fue muy triste para nosotros, pero por lo menos pudimos entregar los cuerpos de esos mineros a sus familias”, lamentó Araníbar.

Rescate en el Amboró - David Avilés
Un grupo de jóvenes scouts, fue de paseo al Parque Amboró en Santa Cruz. Tres de ellos, dos hermanos gemelos y un amigo, se alejaron del resto para efectuar una exploración cuando una riada los obligó a internarse selva adentro. Intentaron retornar, pero no lo lograron y a pesar de la búsqueda realizada por sus compañeros, no daban con ellos. Diez días después, familiares de los tres extraviados, contactaron al SAR-Bolivia de Cochabamba y 15 voluntarios fuimos trasladados por los Diablos Rojos de la Fuerza Aérea, hasta una cancha deportiva precaria de un pueblito cercano al Parque Amboró. Allí armamos nuestro Centro de Operaciones, distribuimos las brigadas de búsqueda, croquis y nos internamos a la selva, vadeamos 3 ríos, llovía y las corrientes eran caudalosas. Nos llegaban al pecho y fue difícil atravesarlas. Nos concentramos en los lugares, donde no se había buscado aún. Eran serranías llenas de cascadas. Luego de un día de caminata, hallamos 80 metros de cascadas, en un sector descubrimos las estacas que habían puesto los scouts y las cuerdas que fabricaron con jirones de sus ropas y raíces fuertes. Habían bajado por allí, pero al medio de la cascada, había una roca con una poza. Uno de ellos, se había acercado a ver si podían seguir descendiendo, pero la roca era resbalosa y cayó al fondo. Estaba muerto. Cuando hallamos a los otros dos, corrieron y nos abrazaron llorando. Estaban demacrados, débiles, sólo comían hierbas silvestres. Los rehidratamos, sus parientes consiguieron un helicóptero Lama para recogernos. Un padre se acercó a mí y me dijo que no quería saber quién era el muerto, que se daría cuenta al mencionar a los vivos. No dije nada. Los dos sobrevivientes bajaron y el padre pudo estrechar en brazos a su hijo llorando, mientras que la madre de los gemelos enfrentaba una mezcla de dolor y alegría por haber encontrado vivo a uno y muerto al otro.

Otro caso terrible fue el accidente de la flota Urus. Un chofer inexperto corría a gran velocidad y se embarrancó 250 metros abajo con exceso de pasajeros. Estas escenas son dantescas para cualquiera. Cuerpos aplastados y mutilados estaban regados por doquier. Bajamos y evaluamos quiénes tenían pocas esperanzas de vida y quiénes todavía podían salvarse, es una decisión muy dolorosa, porque no somos Dios, pero hay que hacerla. “Tengo grabada una escena que duele todavía, dos niños habían muerto mientras escalaban la montaña, instintivamente trataban de llegar a la carretera, pero el frío y sus heridas internas, los mataron en el intento. Más abajo, el cuerpo de una mujer embarazada servía de cuña a una roca que se removió en la caída de la flota”, relató David Avilés.

El infierno de los accidentes - Greby Arispe
Soy paramédico y varios accidentes han marcado mis recuerdos. Uno fue el de una cisterna que llevaba productos para Quimbol y chocó de frente contra una flota. El impacto fue tal, que la flota quedó arremangada, el asiento del chofer estaba en el del primer pasajero. Murieron el conductor de la flota y el ayudante, pero de una manera horrible. Uno tenía la masa encefálica expuesta y el otro las vísceras afuera. Estaban tan atriccionados que no había forma de sacarlos. Trabajamos de 2:00 a 7:00 de la madrugada. Otra cisterna jaló a la primera con cadenas, hasta desprender los vehículos y así pudimos recoger los restos de los fallecidos.

Otro accidente terrible fue el de la Av. Petrolera, recién hace un mes, cuando un Caldina negro chocó contra un taxi blanco y murieron 3 personas. La gente presiona mucho y lo ideal era que no se mueva a nadie hasta estabilizar a los heridos y llevarlos en ambulancia, pero se los llevaron amontonados en una patrulla, los dañan más y en el caso del chofer del taxi blanco, un médico insistió en llevárselo a una clínica en su vagoneta. Lastimosamente, la clínica no tenía Terapia Intensiva y por cobrar el SOAT, muchas veces se pelean por atender heridos sin tener las condiciones. El hombre murió.

Cuando el puente Thiyumayu cayó Maribel Alvarez
El año 2005 llegaba a su fin, cuando hubo una inundación y un deslizamiento de tierras en el Chapare que se llevó el puente Thiyumayu y 4 casas. Nos llamaron para buscar a las personas arrastradas por la corriente. Fuimos 7 voluntarios. Tuvimos que realizar croquis del río que tenía muchas ramificaciones y distribuirnos el trabajo. Ni siquiera sabíamos a cuántas personas buscábamos. Vadeamos las corrientes, desde las 6:00 de la mañana hasta horas de la noche, durante una semana. También, usamos botes de la Unión Europea, junto a voluntarios del SAR de Santa Cruz. Fue muy duro encontrar los cuerpos de niños muertos. Nos guiábamos por el olor y teníamos que escarbar la arena en las empalizadas, porque los cadáveres no estaban a la vista, sino sepultados por lama, ramas. El retorno era más difícil aún, a la consternación del hallazgo, se sumaba el tener que atravesar ríos con los cuerpos a cuestas. Encontramos a 6 personas muertas, toda una familia de una gomería que despareció en la riada.

Histories behind the tragedies taken care of by SAR-Bolivia - Darynka Sanchez A.
19 years ago, during a conversation among members of the Association of Sport Parachutists, the idea to form a rescue team, to help in the recovery of lost or injured people, was born. No one thought that it would become an essential institution for the country.

What would we do in this country without SAR-Bolivia? If not by the opportune, effective and quiet work of these 85 volunteers, who to save lives are able to swim, scuba dive, walk for days, parachute, hike up mountains, fight fires and hike into the jungle; with all certainty, today, hundreds of families would have suffered because of the death of a loved one.

The story of a 6 year old boy perfectly illustrates the importance of SAR-Bolivia in the routine character of this city. A year ago, one of the volunteers received a call from a boy who lived in the Southern section of town. The boy said "My grandma fell in the stairs and I think that she broke a bone. We are the only ones in the house. Please come and help. You do not have to hurry, because I have already taken care of it. It is immobilized. I took a course from you and I learned how to. Here is my address…" Surprised, the volunteer wrote down the address of the house and while the ambulance was going there, he continued talking with the boy to find out if the grandmother was conscious.

When the paramedics of SAR-Bolivia arrived they verified that the boy knew what to do. The woman of 80 years had fractured her hip and was immobilized. Her head was placed so that she could breathe easily. The boy was one of the thousands of children to learn First aid.

In char it
19 years ago, during a conversation of friends, all members of the Association of Sport Parachutists, some pilots and a military man, the idea was born to form a rescue team, nonexistent at that time, that helps in the recovery of lost people or victims. Nobody thought that it would become an essential institution for this country.

Mario Araníbar, the National coordinator of SAR-Bolivia and fire chief of SABSA in the airports of Cochabamba, La Paz and Santa Cruz, remembered that because the need was not only in just rescue areas, but also of fire fighters, paramedics and others specialities, that forced them to seek qualification and to diversify the aid.

"The Cnl. Angel Estévez had the idea, and we said we would do it. David Avilés and I helped to sketch the structure of SAR-Bolivia. Today, of the founders, David and I are the only ones left, but another 150 people have joined us. 85 in an active role and the rest in a supporting role", detailed Araníbar.

The first intervention of the Voluntary Group of SAR-Bolivia Rescue, with emergency medical attention, was on 10 May 1988, during the visit of the Pope Juan Pablo II to Cochabamba.

Since then, the voracity and the unbeatable spirit of the founders, went away multiplying and infected to other young people who combine their studies and uses, with shifts of eight hours on watch per week in the SAR-Bolivia, to aid to those who need them. More than once, the fixed shifts of eight hours became 24 hours or upto 15 days on watch, due to the complexity of the cases that were being taken care of. In that time, it is necessary to appeal to the understanding and the permission of the bosses, employers, and university professors, so that the volunteers can fulfill their mission to save lives.

Institution with credibility
Today, SAR-Bolivia has three main areas of service: Firefighters, search and the rescue and paramedic and ambulance service. Their prestige as rescuers has been extended. There are now 6 branchs in the country. They are summoned to diverse points of the country, to solve the most complicated cases.

SAR-Bolivia has an infrastructure in the Av. Oblitas, located strategically near the bridge of Cove Cove, that was given to them by ex- mayor, Manfred Reyes Villa, years ago and just, inaugurated a new seat in the airport Jorge Wilstermann, who will form part of the central quarter of this institution, thanks to the support of the Bolivian Airport Services Joint-stock company (Sabsa) and an investment of 40 thousand dollars. From this place, the patrols and brigades will leave to take care of the emergencies of the South zone, where it had been several minutes to them to arrive from Cove Cove. All their vehicles and rescue teams, are fruit of foreign donations and raffles that make in the city.

Nor a weight
SAR-Bolivia is an organization 100% civilian, volunteer and without profit aims. Unlike the police units that make similar works, the volunteers of the SAR do not have a pay and they do not receive a weight by its aid. It is more, in most of the cases are forced to resolve of its own pockets the fuel that will use in the attention of diverse emergencies. Lamentably, although the Law of the Voluntary military service already was promulgated two years ago and establishes, among other things, that those that works as voluntary will have the budgetary support of the prefectures and municipalities to take care of the disasters, in the facts the norm is a greeting to the flag, because the Government, the Prefecture and the Mayorship of Cochabamba, not even cooperate to these groups of rescue with fuel bonds to be able to go to save lives.

"We have not been having support of any governmental institution, not even to bring donated equipment, for a time offered an awarding to us of the delivery of 4 vehicles firemen during 10 years consecutive of Japan, but we lost it because we needed a letter endorsement the Bolivian Government. The letter was delayed 8 months and soon us they denied it arguing who needed a resolution of the Congress", related Mario Araníbar.

The 85 active volunteers of SAR-Bolivia constantly are enabled in search and rescue of people, by water, earth and air, in helitáctico rapell, forest fire communications, combat, swimming and diving, parachuting, cartography, sobreexperience, navigation, first aid, basic handling of Trauma, Handling of Equipment of Independent Breathing, Answer to Incidents with Dangerous Materials, natural attention of floods, earthquakes, disasters, plane crashes, vehiculares and others.

Rescue in the forest of Altamachi - Mario Araníbar
A familiar wine from La Paz to request us which we rescue 13 miners who "had been forgotten" by the company that contracted them in the forest of Altamachi, in the mountainous area of Mosetenes. The miners had managed to communicate by radio 15 seconds, requesting aid because their contractors had to gather them in helicopter a month and means back and did not fulfill. They were on the verge of dying of hunger, but to the forest he only managed myself to enter walking two weeks and average. The other form was in helicopter, but no was available. An institution friend of SAR-Bolivia, "Hand by hand", offered a small plane, but it did not have where to land, because it was a closed forest.

I was 3 parachutists, Marcelo Ayala, Micaela Go'mez and, with a load of foods and medicines for 3 days. A storm got worse, but the capable Dutch pilot risked and he took to us until the zone. We sent ourselves, Micaela was dragged by the wind and we had to walk two hours to find it. Soon we found the miners. The situation was dramatic. Six could not be gotten up at least. They took to a month eating roots, palmito and other grass. One of them had tried to commit suicide 3 times throwing itself to the river, but their companions prevented it. They also had 2 small dogs that were skin and bones. We applied serum to them during all the night, had breakfast milk, already smiled, but the small plane could not return by us. In Cochabamba, they transacted helicopters so that they gathered to us. They obtained one of the American Embassy, but with the order of which it only brought 6 people. With flares we attracted them, the cash had machine guns aiming to us, in case one was an ambush, but I recognized the pilot, a childhood friend. We requested and one took to the 13 miners. We remained with the dogs, with the idea that if did not come with authorization to take to us in the morning until the 10:00 of the other day, we had to go to us walking. We organized ourselves, the helicopter returned and right before starting off, a dog escaped, we ran after him fearing who leaves us, surrounded it as a bulk and raised. When arriving at Cochabamba, the small dogs were adopted and for us he was rewarding to have saved the life of those 13 men. Micaela Go'mez is a very brave woman, Rambo in chiquitita, no longer is with us, works in Sudan like paramédico of helicopters.

The tragedy of Santa Clara
a sad history, stranger for many, is the happened one in the mine of Santa Clara de Tipuani, in the Yungas of La Paz. Nine miners had been catched inside a flooded mine and he did not have how to aid them. SAR-Bolivia de Cochabamba was summoned by the relatives of the miners, to the fifth day of the flood, because it thought that they were alive in the sector of the chimney.

6 experts in diving were selected, among them Mario Araníbar who carried the international license PADI, that authorizes and certifica to dive anywhere of the world. The Prefect of La Paz offered passages to them in airplane until the Seat of Government, but never he fulfilled. Finally, they went in fleet and they took two days and means in traveling until the zone. When arriving, the impotence was greater, because they appeared the divers of the Naval Force, that said to them that nobody could enter the mine to dive without authorization of that institution.

"We armed to our carp in the mouth of the mine, the daughter of one of the miners requested us that we were not ourselves and brought coffee to us trusted that we would save its father", Araníbar remembers. The divers of the Naval one refused to be guided by another mining diver and entered the mine 13 times, with equipment lent by SAR-Bolivia, but they did not find anything and time was lost. The mining ones already had been 12 days inside. The politicians arrived at the place to only carry out shows, different authorities gave to the same pump of water three times, and with band, but the famous pump not even served. The desperate relatives, requested that the Naval one went away. They arrived Voluntary from SAR-Bolivia de Oruro, cleaned the landslide, while the 6 cochabambinos divers made a sketch of the chimneys and looked for a cavern to enter. With the guide of the mining diver, they entered the mine, they did not find the miners where one thought that they were, but in the sector of "the Llama".

Desperate, they had dug a tunnel of 40 meters in those days, but aquejados of disentería, to take the contaminated water, they were debilitated. The 9 had died when being intoxicated with the rarefied air. Paradoxicalally, the divers of the Naval one were promoted. "Never there was a serious vision of rescue, wasted time by form questions and it was ended up losing most important, lives, was very sad for us, but at least we could give the bodies of those miners to its families", lamented Araníbar.

Rescue in the Amboró - David Avilés
A group of young people scouts, went from stroll to the Amboró Park in Santa Cruz. Three of them, two twin brothers and a friend, moved away of the rest to carry out an exploration when riada forced them to go into forest inside. They tried to return, but they did not obtain it and in spite of the search made by his companions, they did not give with them. Ten days later, misled relatives of the three, contacted to SAR-Bolivia de Cochabamba and 15 volunteers we were transferred by the Red Devils of the Air Force, until a precarious sport field of a pueblito near the Amboró Park. There we armed our Operations center, we distributed the brigades search, sketch and we went into to the forest, we overcame 3 rivers, rained and the currents were mighty. They arrived us at the chest and was difficult to cross them. We concentrated ourselves in the places, where one had still not looked for. Cascade mountainous areas were full. After a day of long walk, we found 80 meters of cascades, in a sector we discovered the stakes that had put scouts and the cords that made with shreds of their clothes and strong roots. They had lowered that way, but to means of the cascade, poza was a rock with one. One of them, had approached to see if they could continue descending, but the rock was slippery and fell to the bottom. He was dead. When we found to the other two, they ran and they embraced to us crying. They were haggard, weak, they only ate wild grass. The rehidratamos, their relatives obtained a helicopter Licks to gather to us. A father approached me and he said me that he did not want to know who was the dead, that would realize when mentioning the alive ones. I did not say anything. Both surviving they lowered and the father could narrow in arms his son crying, whereas the mother of the binoculars faced a mixture of pain and joy to have found alive to one and to have died to the other.

Another terrible case was the accident of the Urus fleet. An inexpert driver down ran at great speed and embarrancó 250 meters with excess of passengers. These scenes are dantescas for anyone. Squashed and mutilated bodies were watered everywhere. We lowered and we evaluated who had few life expectancies and who still could be saved, it is a very painful decision, because we are not God, but is necessary to do it. "I have recorded a scene that still hurts, two children had died while they scaled the mountain, very instinctively tried to arrive at the highway, but the cold and its internal wounds, killed them in the attempt. More down, the body of an pregnant woman served as wedge a rock that was removed in the fall of the fleet", related David Avilés.

The hell of the accidents - Greby Arispe
I am paramédico and several accidents have marked my memories. One was the one of a cistern that took products for Quimbol and hit front against a fleet. The impact was so, that the fleet was rolled up, the seat of the driver was in the one of the first passenger. The conductor of the fleet and the assistant, but of a horrible way died. One outside had the encephalic mass exposed and the other the vísceras. They were so atriccionados that there was no form to remove them. We worked of 2:00 to 7:00 of the dawn. Another cistern hauled to first with chains, until giving off the vehicles and thus we could gather the rest of the deceaseds.

Another terrible accident was the one of the Oil Av., just a month ago, when a black Caldina hit against a white taxi and died 3 people. People press much and the ideal thing was that it does not move to anybody until stabilizing the wounded and taking them in ambulance, but took it accumulated in a patrol, damage more and on the case of the driver of the white taxi, a doctor insisted on taking it to it to a clinic in his delivery truck. Pitifully, the clinic did not have Intensive Therapy and to receive the SOAT, often they are fought to take care of wounded without having the conditions. The man died.

When the Thiyumayu bridge fell - Maribel Alvarez
year 2005 arrived at its aim, when there were a flood and a sliding of earth in Chapare that took the Thiyumayu bridge and 4 houses. They called us to look for the people dragged by the current. We were 7 volunteers. We had to make sketch of the river that had many ramifications and to distribute the work to us. Not even we knew how many people we looked for. We overcame the currents, from 6:00 in the morning to times of the night, during one week. Also, we used boats of the European Union, next to volunteers of the SAR of Santa Cruz. He was very hard to find the bodies of dead children. We guided ourselves by the scent and we had to investigate the sand in the fences, because the corpses were not at sight, but buried by licks, branches. The return was more difficult still, to the consternation of the finding, added having to cross rivers with the bodies to hills. We found 6 died people, all a family of one gomería that disappeared in the riada one.